LA TORTA DE LOS GAZPACHOS JUMILLANOS
El más conocido y yo creo que más
sabroso plato tradicional Jumillano son los Gazpachos Jumillanos, es un plato
de caza con descendencia Manchego-Judía, tradicionalmente lo elaboraban los
pastores en el monte con lo que tenían a su alcance. Su base es una especie de torta
cenceña, hecha con harina de trigo y agua, sin levadura y la forma de hacerla
por los pastores, que solían poner en una piel de cabra curtida un montón de
harina; hacían un pequeño hoyo en el que agregaban un poco de sal, e iban
echando agua caliente poco a poco. Con ello disolvían la sal y mezclaban la
harina, formando la masa. Seguidamente tomaban porciones de la masa y hacían
pequeñas bolas que sobaban muy bien y les metían la harina necesaria hasta que
los bollicos quedaran duros. Finalmente, los tenían en reposo un rato, para
después extender cada bollico encima de la piel, en forma de torta de tres o
cuatro palmos de diámetro y un centímetro de gruesa. Para acabar esta fase,
finalmente, las doblaban en 4 partes y las mantenían reservadas para cuando
llegaba el momento oportuno para cocerlas.
Generalmente hacían una lumbre muy
grande con leña, y cuando ya el fuego estaba casi consumido separaban las
brasas a un lado. Tenían una placa de hierro que ponían encima de las ascuas, entonces
extendían la torta, echando por encima las ascuas que mantenían separadas y
procurando en todo momento evitar que no se hiciera con humo. La torta estaba
cocida cuando al golpear por un lado la placa de hierro y notar que se movía.
Esta era la señal de que la torta estaba en su punto.
Una vez sacaban las tortas de las
ascuas se sacudían muy bien las cenizas y brasas, las doblaban en 4 veces y la
guardan en el "tortero", una especie de "carpeta" hecha de pleita que se
protegía con una piel para que no se enfriara.